Soy Begoña Orejudo, Técnico de farmacia y parafarmacia, con especialización en Dermocosmética y Cosmecéutica orgánica, Maquillaje profesional y Estética facial avanzada.

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Desde muy joven, descubrí mi pasión por el maquillaje y el cuidado personal, lo que me llevó a formarme y convertir esta afición en mi profesión.

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Mi trayectoria profesional comenzó en el ámbito farmacéutico, donde adquirí una solida base en el conocimiento de la piel y los productos que la cuidan. Sin embargo, mi deseo de profundizar en el mundo del maquillaje y la estética me impulsó a buscar formaciones en prestigiosas escuelas. He tenido el privilegio de recibir capacitación en la escuela de maquillaje de marcas icónicas como Chanel, YSL y Estée Lauder entre otras, donde perfeccioné mis habilidades y aprendí las últimas tendencias y técnicas del sector.

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Cofundadora de Slow Beauty, centro de estética natural avanzada, un espacio creado para ofrecer tratamientos personalizados que unen la ciencia dermocosmética con la cosmecéutica orgánica. Mi experiencia me ha permitido especializarme en el desarrollo de rutinas skincare adaptadas a cada tipo de piel, combinando activos dermocosméticos y fórmulas naturales de alta eficacia para potenciar la salud y belleza cutánea.

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Mi trayectoria y experiencia en el sector me permiten compartir mi conocimiento  impartiendo cursos y formaciones de maquillaje y cuidado personal dirigidas al sector farmacéutico y empresarial.

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Mi objetivo es ayudar a las personas a realzar su belleza natural y a sentirse seguras y radiantes a través de tratamientos y productos que cuiden su piel.

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A lo largo de mi carrera, he trabajado con una amplia variedad de clientes, brindando asesoramiento personalizado y creando looks que se adaptan a sus necesidades y estilos de vida.

Estoy comprometida con la educación continua y siempre busco nuevas oportunidades para aprender y crecer en este apasionante campo.

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Mi misión es inspirar a otros a cuidar de sí mismos y a disfrutar del proceso de embellecerse, porque creo firmemente que el maquillaje no solo es una herramienta de transformación, sino también una forma de expresión personal.